Seguimos hablando de resiliencia. ¿Por qué? Porque es el salvavidas contra la derrota emocional. Porque entrenarla es vital en una sociedad que no da tregua y que llama a una imparable carrera en busca del éxito material. Entendamos una cosa, entrenar a nuestros hijos en la resiliencia y por qué no, seguir entrenándonos nosotros mismos en una mentalidad resiliente puede hacer la diferencia.
Pero hay una cosa que debemos tener en cuenta cuando de entrenar en la resiliencia a nuestros hijos pequeños se trata:
La sincronización de la madre y el bebé es un fundamento esencial para el desarrollo de la resiliencia. Así que si hay algo que las madres deben saber es que esa sincronización con la vida de nuestros hijos parece ser un factor decisivo para promover la resiliencia. Estar sincronizadas no es hacer todo lo que nuestros hijos quieran. Estar sincronizadas, es estar atentas a sus necesidades reales, es saber distinguir lo que necesitan, es reconocer su proceso, es acompañarlos en el proceso de crecer con los ojos bien abiertos, no para sobre-proteger y malcriar sino para estar atentas a cuando intervenir, cuando ayudar, cuando potenciar, o cuando redireccionar.
Este pequeño artículo es un llamado a las madres a mirar bien, a observar bien el carácter y necesidades de sus hijos. Es un llamado a no detenernos tanto en nuestras propias expectativas e ideales. Es un llamado a responder a las necesidades reales y a las circunstancias reales de nuestros hijos. La pregunta es ¿Cómo es mi hijo? ¿Qué apoyo o que guía necesita en este momento? Si somos capaces de suplir estas necesidades, no cabe la menor duda de que estamos contruyendo en términos de resiliencia.
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Cómo preparar a tus hijos para los acontecimientos estresantes (clu-you.com)
