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Cómo promover la Resiliencia en tus hijos para que hagan frente a los acontecimientos estresantes de la vida

Tiempo de lectura: 5 minutos

Consejos para Mamás Parte 2

Todo el mundo habla de resiliencia. Pero, ¿qué es exactamente? En pocas palabras, la resiliencia es la capacidad de adaptarse y afrontar situaciones difíciles manteniendo cierto equilibrio mental. Es la capacidad de superar circunstancias adversas de la vida y seguir adelante. Es un amortiguador contra el estrés. Es un factor protector contra la depresión y el burnout. La diferencia entre ser resiliente o no serlo es decisiva. Esta diferencia responde a una pregunta que seguro nos hemos hecho: ¿Por qué algunas personas, ante la misma situación, son capaces de luchar y encontrar una salida y otras no logran superar la depresion? (siempre suponiendo unos ciertos niveles de equilibrio psicológico). El eslogan de la campaña de Tag Heuer Don’t crack under pressure, define muy bien a la resiliencia.

Cuando pensamos en la situación actual de nuestra sociedad, la crisis del COVID-19 y el creciente número de personas jóvenes que en los últimos años han sufrido burnout o depresión, nos damos cuenta de que cada vez es más importante y necesario desarrollar la resiliencia en nuestros hijos. No es casualidad que la Organización Mundial de la Salud (OMS) considere la promoción de la resiliencia como uno de los temas de mayor importancia en el 2020. Como madre y psicóloga, este tema me interesa especialmente.

Cómo educamos a nuestros hijos ha demostrado jugar un papel muy importante en el desarrollo de la resiliencia. En este breve artículo, me gustaría dar cuatro consejos que pueden ayudar a muchos padres a desarrollar la resiliencia en sus hijos.

1. Personalmente, creo que las dificultades son excelentes maestros para nuestro hijos

No deberías evitárselas, sino aprovechar estas circunstancias para que el niño/a aprenda. Muchos padres intentan eliminar todas las posibles dificultades que surgen en la vida de sus hijos. Existe una tendencia a proteger a nuestros hijos «porque es demasiado/a pequeño/a, porque queremos que siempre feliz, o por no causarles molestias innecesarias». Por supuesto, hay situaciones complicadas y difíciles que se les debería evitar en lo posible. Sin embargo, la mayoría de nuestros problemas cotidianos, siempre que se compartan y expresen de manera natural y sin angustia, son muy buenas oportunidades para que nuestros hijos aprendan de ellos, así como la manera de superarlos. No te sientas mal cuando tenga que dejar de jugar para ayudarte a cocinar o poner la mesa porque simplemente tú no tienes tiempo de hacer todas tus tareas, cocinar, poner la mesa y cuidar de ellos al mismo tiempo. No dudes en explicarle a tu hijo/a que no se le puede comprar alguna cosa porque la familia está ahorrando para las próximas vacaciones. Tener un solo hijo/a es una situación complicada para muchas familias (a veces más para los padres que para el niño/a). En lugar de sentirse mal porque el niño/a está solo, aprovecha la situación para enseñarle a ser creativo/a, a hacer nuevos amigos y a ser amable con ellos para que quieran jugar con él/ella. Haz que las debilidades y dificultades de la familia se conviertan en fortalezas. Esto es especialmente útil tenerlo en consideración cuando nos enfrentamos a situaciones que no van a cambiar, como es la realidad de una familia monoparental o monomarental. En estas situaciones, enseñarles a aceptar y a adaptarse a estas situaciones difíciles de manera constructiva puede traer consigo muy buenos frutos. De esta manera, desarrollar una mayor resiliencia requerirá enfrentarse constructivamente a desafíos o al estrés, al igual que nuestro sistema inmunológico necesita luchar contra bacterias y virus para fortalecerse.

2. Premia siempre el esfuerzo, no los resultados

Y esto no tiene que ver con ser permisivos. Tiene que ver con cambiar el foco de atención al esfuerzo. Y, ¿qué efectos tiene educar en el esfuerzo? Uno de los efecto más importantes es que el niño no se sentirá tan frustrado/a cuando algo no funcione como esperaba y, de esta forma, aprenderá a no darse por vencido/a fácilmente. La vida está llena de situaciones incontrolables y, antes del éxito, a menudo se experimenta el fracaso. Si les enseñas a valorar el esfuerzo, aprenderán una gran lección. Cuando les infundes el valor y la satisfacción por el esfuerzo, cuando les enseñas a poner su interés en trabajar duro (no sólo para obtener esa calificación, esa medalla o ese trabajo), están más preparados para lidiar con resultados negativos sin desmoronarse y aún más, estarán más dispuestos a enfrentarse a nuevos retos y desafíos. Recordémosle con palabras y ejemplo que el valor está en el esfuerzo.

3. Enséñales a vivir en el momento presente

Y con esto no me refiero a practicar ejercicios de atención plena o yoga. Estos son técnicas para aprender a vivir en el presente. Asegúrate de transmitir el valor y la razón de ser de estas técnica, tan populares: que viva en el momento, que ponga su atención y energía en lo que está haciendo (usar el móvil mientras jugamos con él no es vivir en el momento presente, comer mientras mira televisión tampoco lo es). La clave es simple: prestar atención a las cosas sencillas de la vida: si estamos comiendo, disfrutemos la comida; si estamos hablando con alguien, prestémosle toda nuestra atención a la conversación. ¿Por qué es tan importante tener una “consciencia plena”? Cuando están atentos, nuestros hijos aprenden a estar más conectados con el presente: el famoso aquí y ahora. ¿Por qué es esto tan importante para el equilibrio psicológico? Bueno, estar conectado con el presente deja menos espacio para la rumiación (pensar en cosas negativas o reproducir eventos negativos en tu cabeza una y otra vez), lo que mejora el autocontrol emocional. Cuando aprenden esto, les has dado un gran regalo: la capacidad de no prolongar o revivir las emociones negativas, a no contenerlas en tu cabeza más de lo debido. De esta manera, pensar en lo malo que sucedió o que va a suceder tiene menos fuerza y presencia en sus vidas. Recuerda que la rumiación es la base de la ansiedad y la depresión. Vivir y ser conscientes del momento presente nos evita muchas emociones negativas.

4. Comparte tus creencias espirituales con tus hijos

No importa qué creencia tengas; si eres budista, cristiano, musulmán, etc., existen estudios que han demostrado que la fé es un fuerte amortiguador contra el estrés. Existe algo muy reconfortante en la fé que dota a la vida de sentido, de manera muy natural. Si no eres creyente, transmitir el valor del amor, el amor al prójimo, el amor como un sentido y propósito más elevado, es una excelente opción. Viktor Frankl, el famoso psiquiatra Austríaco, lo expresa con mucha elocuencia: “La salvación del hombre es a través del amor y en amor. ” Tal como el popular eslogan: Kind is the new cool (La Amabilidad es la nueva moda). Esto también aplica al equilibrio mental.

Piensa que estamos lejos de controlar la presión que puede traer la vida, por tanto desarrollar la resiliencia en nuestros hijos es algo muy importante

Si eres una madre cariñosa, si construyes una relación estrecha con ellos, y procuras que sientan lazos fuertes de pertenencia a la familia y que se sientan importantes… ya has empezado intuitivamente a promover la resiliencia.

Espero que el artículo te haya sido útil. Si te ha ayudado, y quieres seguir leyendo más sobre estos temas, sige nuestro Clu Balance Blog.

Fuentes

Frankl V. Man´s search for meaning. Beacon Press. 1992. Boston, Massachusetts. Dubowitz H., Thompson R. Proctor L, Metzger R, Black M, English D, Poole G, Magder L. Adversity, Maltreatment, and Resilience in Young Children. Acad Pediatr. 2016 Apr; 16(3): 233–239. Masten A, Barnes J. Resilience in Children: Developmental Perspectives. Children (Basel) 2018 Jul; 5(7): 98.