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Enseñar a tus hijos a Aprender: el uso de la metacognición

Tiempo de lectura: 3 minutos

Ser bueno aprendiendo es una de las habilidades que asegura el éxito a nivel laboral, social y el balance a nivel personal. No sólo implica adquirir nuevos conocimientos, sino significa integrarlos (por ejemplo, cuando has aprendido algo tras cometer un error, saber integrar es no volver a cometer ese mismo error), es también poder aplicarlos a una o más áreas para solucionar situaciones o problemas, y sobre todo es acumular ese aprendizaje sin perderlo en el camino. La capacidad de ser bueno aprendiendo está ligada al buen uso del pensamiento metacognitivo. Es decir, a esa capacidad de planear, monitorear, evaluar y reflexionar sobre cómo pensamos, cómo actuamos y cómo hacemos algo.

Promover estas competencias en los niños, aún en los pequeños, no sólo es posible, sino que es construir buenos cimientos y hábitos para que sean adultos que sepan aprender. Y que por ende, sean adultos hábiles y competentes y adaptados a la realidad.

3 Tips para promover esta habilidad metacognitiva

1. Enséñale al niño a planear, monitorear y evaluar

Y esto se debe hacer en una actividad cotidiana. Por ejemplo, están planeando su cumpleaños, pregúntale qué necesita (qué y dónde conseguirlo). Pregúntale cómo sabría él que todos sus amigos se la están pasando bien durante la fiesta (qué hacen los amigos, se rién, bailan, se quieren quedar más tiempo, etc..). Y pregúntale tras la celebración, cómo estuvo la fiesta, cómo la pasaron los amigos, qué estuvo bien y qué no estuvo tan bien. La habilidad metacognitiva también implica adquirir perspectiva. Cuando le oigas decir, esta clase no me gusta nada. Fomentar el preguntarse por qué esta clase no me gusta nada, y qué puedo hacer para mejorarlo.

2. Transmítele al niño los beneficios de implementar estas habilidades

O en un lenguaje más sencillo, muéstrale el beneficio de hacerse estas preguntas. Cada vez que estén ejercitando estas habilidades en el día a día para que el niño aprenda a incorporar este estilo de pensamiento (donde intervienen todo tipo de procesos como el pensamiento deductivo ó razonamiento deductivo e inductivo, entre otros), múestrale y demuéstrale con ejemplos reales cómo es de útil pensar así. Cuando el niño analiza y evalúa qué hizo, qué funciona o no en determinada actividad, y comprende que este análisis es útil, sí funciona, puede volver este estilo un hábito. Y de eso se trata

Por supuesto que el programa escolar promueve el empleo de habilidades cognitivas. A veces, no de manera muy exitosa. Por eso resultaría muy beneficioso enseñarle al niño a utilizarlas en su día a día, para que se vuelvan una parte de sus hábitos, un Mindset (una actitud, o un estilo de vida). De esta manera, estas habilidades pueden servir para fomentar el ser asertivo, para expresar mejor la emocionalidad, o lo que se necesite trabajar en cada caso a nivel personal.

3. La clave está en promover el pensamiento metacognitivo a tráves del tiempo

Enseñar habildiades metacognitivas implica promover en el niño la capacidad de hacerse preguntas para guiar su comportamiento. Y para enseñar esto bien hay que ser consistentes y constantes. No basta con propiciar un par de veces este tipo de ejercicios o de vez en cuando formular este tipo de preguntas. Hazlo parte de su vida para resolver los problemas y situaciones que se presentan en la familia.

Vidal Carulla C, Christodoulakis N, Adbo K. Development of Preschool Children’s Executive Functions throughout a Play-Based Learning Approach That Embeds Science Concepts. Int J Environ Res Public Health. 2021;18(2):588. Published 2021 Jan 12. doi:10.3390/ijerph18020588

Zohar A., Dori Y. J., editors. Metacognition in science education: Trends in current research. New York: Springer Science+Business Media B.V; 2012. pp. 79–99.

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