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Alimentación sostenible y saludable

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Según la FAO, la alimentación sostenible parte de una producción de alimentos con un impacto ambiental reducido, respeta la biodiversidad y los ecosistemas, es culturalmente aceptable, económicamente justa y asequible, nutricionalmente inocua y saludable. 

Cambios en la dieta no solo pueden mejorar la salud y prevenir enfermedades, también pueden ayudar a reducir la huella medioambiental y, por lo tanto, disminuir el uso de recursos naturales y contribuir al cuidado del medio ambiente. 

Nuestro planeta sufre. La población mundial crece a un paso acelerado: de los actuales 7.675 millones de personas se pasará a 9.100 millones en 2050, según datos de la FAO. Sin duda, el avance del progreso económico en los países emergentes está incrementando considerablemente la demanda mundial de alimentos y de dietas diversificadas. Está previsto que la producción alimentaria aumente en un 70 % en el mundo y un 100 % en los países en desarrollo.

Según la OMS, los principios básicos de la alimentación saludable se basan en:

  • Una lactancia materna adecuada.
  • Ejercicio físico a lo largo de toda la vida.
  • Una ingesta calórica proporcional al gasto calórico.
  • Un aumento del consumo de frutas y verduras de temporada, frescas y cocinadas, legumbres, cereales integrales y frutos secos.
  • Reducción de la ingesta calórica procedente de las grasas, cambiando las grasas saturadas por las insaturadas y eliminando los ácidos grasos trans, sobre todo las grasas trans producidas industrialmente.
  • Reducción de la ingesta de azúcares libres.
  • Reducción del consumo de sal.

La alimentación sostenible es aquella que:

  • Utiliza eficientemente los recursos y reduce el impacto ambiental a lo largo de la cadena alimenticia o trófica.
  • Contribuye a reducir las emisiones de los gases que provocan el efecto invernadero (GEI) causantes de la crisis climática
  • Optimiza la utilización de agua, energía, agroquímicos de síntesis, etc.
  • Evita la degradación de los recursos hídricos y su sobreexplotación (como la contaminación por nitratos o el agotamiento de los acuíferos).
  • Favorece la conservación de los ecosistemas terrestres y acuáticos, la biodiversidad y el suelo fértil, de los que dependemos totalmente para vivir en nuestro planeta.
  • Reduce la generación de residuos y desperdicios.
  • Contribuye a la soberanía alimentaria y nutricional de las generaciones presentes y futuras.
  • Apoya la economía local, la seguridad alimentaria y el acceso a la alimentación a los más vulnerables.

Por lo tanto, apostar por una alimentación saludable y sostenible es invertir en salud. Es importante promover una alimentación suficiente, completa, equilibrada, satisfactoria, segura, adaptada al comensal, al entorno, sostenible y asequible.

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Sirena Ruiz
Sirena Ruiz

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